jueves, 28 de febrero de 2008

Rigidez muscular

Un niño que vive protegido, amado y sin represiones psicológicas en el campo de las relaciones humanas, en su sexualidad y capacidad de expresarse ,es un niño suelto, espontáneo y abierto. En cualquier movimiento se expande hacia fuera, sin miedo, crece. Por el contrario un niño sin amor, sin protección es un “animal humano” indefenso, asustado, que se aísla cerrándose hacia dentro, contrayendo el cuerpo, en un intento de defenderse del mundo hostil y frío (emocionalmente hablando). Un niño que se siente amenazado cierra el cuerpo, se contrae, corta la respiración, esconde la cabeza en los hombros, y si la amenaza sufrida es grave intenta no tener contacto con el mundo e incluso aparece un gran retraso en su crecimiento, se niega a crecer. El niño maltratado, siendo mucho peor , entre otras cosas por ser menos visible, el maltrato psíquico que el físico, se defiende con su rigidez corporal que se manifiesta en dos formas importantes: el miedo y la rabia destructiva, más o menos reprimida esta última.

En el adulto, la rigidez muscular es igualmente un síntoma de defensa ante el mundo. Las personas con graves problemas psíquicos tienen una grave también falta de movilidad. Con frecuencia ellas mismas se ponen una “camisa de fuerza” (acorazamiento según Reich) invisible que les impide toda movilidad espontánea. Los músculos contraídos como defensa ante el mundo vivido como agresivo, tanto en el niño como en el adulto, “atan” las articulaciones , disminuyendo la capacidad de movimiento, favoreciendo así la aparición de inflamaciones y rigideces articulares . Este factor, añadido a otros que iremos viendo, dan lugar a los trastornos reumáticos, al reuma.

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