miércoles, 30 de enero de 2008

La autoexpresión

Uno de los objetivos de la Bioenergética es favorecer la autoexpresión. Conviene decir que la autoexpresión comprende las actividades libres, naturales y espontáneas del cuerpo y que, al igual que sucede con la auto-conservación, es uno de los valores que incorporan todos los seres vivos.

Todas las actividades corporales forman parte de la autoexpresión, ya se trate de las más elementales, como puede ser el andar o el comer, o de aquellas más culturales y refinadas como cantar o bailar. Por ejemplo, la forma de caminar de una persona constituye una expresión clara de su identidad, ya que no existen dos individuos que anden, se conduzcan y comporten de manera idéntica. Pero no son sólo las acciones y los movimientos corporales las únicas formas de autoexpresión. Existe una serie de elementos físicos del individuo que son igualmente significativos. La Bioenergética pretende que el individuo pueda recuperar, en la mayor medida posible, su capacidad natural de expresión espontánea, liberándose de sus bloqueos estructurales y adquiriendo así una mayor autenticidad.

El fin último de la terapia bioenergética, tal y como la estructuró Alexander Lowen, está en relación lógica con su propia esencia: el entendimiento, el estudio y tratamiento de la persona, en términos de procesos y transformaciones de la energía que existe en ella como cuerpo vivo que es. Por todo ello, el fin de la terapia está en potenciar al máximo esas funciones vitales que constituyen la expresión y el motor de nuestro desarrollo. Se trata, pues, de una recuperación total de la persona a través del cuerpo.

Bioenergética: La energía es la base de todo

La Bioenergética consiste en el estudio de la personalidad humana en función de los procesos energéticos del cuerpo. Es decir, la energía es necesaria para poner en movimiento y mantener la máquina de la vida.

Más allá de lo que afirma la ciencia que considera la energía como de naturaleza eléctrica, existen otros muchos puntos de vista sobre su auténtico carácter, especialmente por lo que se refiere a los organismos vivos. Reich, por ejemplo descubrió la energía cósmica fundamental, a la que dio el nombre de «orgon», la cual no era de naturaleza eléctrica.

En la Tradición oriental se proclama la existencia de dos energías que se complementan actuando entre sí, llamadas yin y yang. Estas energías constituyen la base de la acupuntura, práctica médica china cuyos resultados resultan, a veces, sorprendentes.

La energía existe en todos los procesos vitales, ya sean físicos, emotivos o intelectuales; y todos ellos pueden verse interrumpidos si al organismo le falta esa energía. Generalmente, suele aceptarse que la energía de un organismo animal procede de la combustión de alimentos. Pero al margen de cualquier tipo de proceso físico-químico no se acostumbra a pensar en la personalidad en función de la energía, aunque una y otra sean dos conceptos que no se puedan disociar; ya que la energía de que dispone una persona y la manera cómo la utiliza determinan su personalidad. Así, por ejemplo, una persona impulsiva se ve obligada a descargar el exceso de energía acumulada lo más rápidamente posible. El compulsivo, por su parte, lo hace siguiendo patrones de conducta rígidos.

Las personas depresivas, según afirma Lowen, manifiestan claramente esta relación entre personalidad y energía. Al margen de todos los factores que generen ese estado depresivo, hay algo que aparece muy claro: el individuo deprimido muestra una aminoración de su energía. La depresión de su nivel energético se puede observar fácilmente en la disminución de todas sus funciones; desde la respiración, pasando por el apetito, hasta su vigor sexual.

Lowen conoce a Pierrakos

En 1953, Lowen conoce a otro colega, también seguidor de Reich; se trata de John C. Pierrakos, con el que pronto establece una buena amistad. A los dos se unió en poco tiempo otro terapeuta, William Walling, que procedía también de la escuela fundada por Reich. Los tres, sin embargo, ya no se encontraban por entonces conectados con la organización creada por Reich.

El resultado de la asociación con Pierrakos fue un programa de seminarios clínicos, en los cuales no sólo se trabajaba de forma personal con los pacientes, sino que también enseñaban a otros terapeutas las bases en las cuales se apoyaba el enfoque corporal.

La muerte en prisión de Reich, en 1957, convenció a Lowen de que el hombre no puede salvarse a sí mismo. Pero este concepto de la salvación era algo que todavía se le escapaba, porque si bien en su caso había concluido con todo éxito la terapia reichiana, sabía que aún tenía muchas tensiones en su cuerpo que le impedían conseguir el estado de libertad y alegría que deseaba.

Convencido de que el enfoque tenía que ser corporal, decidió ponerse a trabajar con John Pierrakos. Así fue cómo nació la idea de la Bioenergética, con el trabajo sobre el cuerpo que ambos terapeutas emprendieron. La asociación con Pierrakos duró algunos años y a lo largo de ellos Lowen realizó un tipo de terapia muy distinta a la que había llevado a cabo con Reich. Dirigía en gran parte el trabajo corporal, concentrándose sobre todo en la liberación de las tensiones musculares más que en la esfera de la sexualidad.

El trabajo corporal que empezó a desarrollar consistía en una serie de posturas y ejercicios que todavía se practican hoy en bioenergética. Trabajaba con las piernas y con posturas erguidas, en lugar de horizontales, como prefería Reich. Estiraba los miembros y preconizaba una serie de ejercicios con objeto de movilizar la energía corporal

Como sucedió con Reich, Lowen terminó separándose de Pierrakos, que creó su propia escuela terapéutica a la que denominó «Corenergética». Durante la década de los ochenta, y a pesar de su avanzada edad, Alexander Lowen siguió trabajando en su escuela, convencido del principio que había mantenido desde que inició su terapia bioenergética: la vida del individuo es la vida de su cuerpo,

Lowen en terapia con Reich

En 1941 Lowen concluyó el curso impartido por Reich, y entonces decidió a seguir manteniendo un contacto directo con Reich, que entonces vivía en Forest Hills. En el transcurso de sus entrevistas ambos decidieron llevar a cabo un proyecto que se basaba en las teorías sobre la sexualidad mantenidas por Reich.

De esta forma comienza una relación entre los dos hombres que ha de dar buenos frutos. Pero al joven Lowen lo que le interesa, sobre todo, es conseguir la fama; y Reich le asegura que le hará famoso; si bien, antes de nada, es necesario que el futuro creador de la Bioenergética se someta a terapia con él.

Según afirma Lowen, la primera sesión terapéutica con Reich constituyó una experiencia inolvidable. Se entregó a la terapia convencido de que estaba completamente sano y que con ella sólo iba a recibir una simple preparación técnica. Pero, poco a poco, fue dándose cuenta de que estaba muy equivocado. Reich le hacía ver que no respiraba bien y que su cuerpo estaba tenso. Cuando concluyó aquella primera sesión, no tenía la menor duda de que existían en él una serie de emociones e imágenes que trataban de ocultarse a su conciencia y que necesitaban salir a la superficie.

Una vez concluidas las sesiones con Reich, y ya con la aquiescencia de su maestro, Lowen empezó a impartir este tipo de terapia. Pocos años después viajó a Suiza, y en Ginebra se doctoró en Medicina. De regreso a Estados Unidos se dedicó a poner en práctica todos sus conocimientos sobre la terapia reichiana, hasta aproximadamente el año 1953. Sin embargo, pronto empezó a observar los cambios que se estaban produciendo en el entorno de su antiguo maestro y los enfrentamientos que suscitaba la postura de éste entre la clase médica. Todo ello, unido a que había ido ampliando el contenido de su terapia con elementos ajenos a las teorías reichianas, produjo un progresivo distanciamiento entre los dos terapeutas.

Bioenergética: El poder de la energía

Luego de haber estudiado en profundidad a Freud, Lowen conocía a fondo la teoría psicoanalítica, pero la penetración y agudeza del pensamiento de Reich le impresionaron de sobremanera.

Wilhem Reich hablaba de una auténtica economía del sexo, más que de una economía de la energía en sí. De acuerdo a Reich una persona neurótica, por ejemplo, lograba mantener su equilibrio conteniendo su energía en las tensiones musculares y limitando su excitación sexual. Por el contrario, un individuo sano carece de limitación y su energía no está retenida en su estructura muscular.

A pesar de la profunda impresión que le produjeron las teorías de Reich, Lowen se sintió escéptico debido a la importancia que Reich le concedía a la función del sexo en los problemas emocionales.

En opinión de Lowen, el sexo no era la solución de todos los conflictos. No obstante, al cabo de cierto tiempo - el estudio de una obra de Freud sobre la sexualidad infantil tuvo que ver mucho en ello-, su anterior postura crítica y escéptica fue amortiguándose hasta desaparecer por completo.

Varicela

Enfermedad muy común de la infancia, acompañada por una erupción característica formada por grupos de ampollas que se llenan de un fluido amarillento. Se sufre mucho picor. A menudo se inicia como un resfriado.

Rhus toxicodendron (hiedra venenosa): es el remedio clásico para la varicela cuando hay un picor intenso, aliviado por un baño o ducha de agua caliente. Se produce una gran inquietud física que induce a la persona a cambiar constantemente de postura.

Pulsatila (flor de la Pascua): como en todas las enfermedades que necesitan de la Pulsatila, el paciente generalmente se siente mejor con aire fresco y peor en una habitación caliente, aunque si tiene fiebre puede sentir escalofríos y desear estar bien abrigado pero respirando aire fresco. Se siente emocionalmente frágil, lloroso, necesitado de apoyo y consuelo, y también puede llorar y gemir.

Mercurius (mercurio): se aplica en los casos más avanzados, con fiebre prolongada, sudoración y también produce debilidad. La erupción se infecta y contiene pus en lugar del claro fluido amarillento.

Infecciones de la vejiga

Cuando las bacterias crecen en la orina la vejiga se vuelve «irritable», la orina se hace frecuente, a menudo dolorosa y puede aparecer sangre en ella. Si la infección llega a los riñones se convierte en un problema más grave que provoca fiebre alta, escalofríos y náuseas, quizá con dolor de espalda. Nunca se debe autotratar una infección renal.

Cantharis (cantárida): el dolor es muy intenso y de naturaleza ardiente y empeora durante la micción. Se notan dolores cortantes e incisivos en la vejiga o en la uretra. La necesidad de orinar es casi constante y hacerlo es doloroso. La persona se siente muy agitada y angustiada.

Sarsaparilla (zarzaparrilla): el dolor es fuerte y se siente sobre todo al final de la micción, Quizá sea difícil orinar si se está sentado, pero la orina fluye libremente si se está de pie.

Staphysagria (estafisagria): el dolor, de naturaleza ardiente, persiste después de la orina. Considerado como el remedio para la «cistitis de la luna de miel», el problema aparece después de la relación sexual, especialmente tras un período de abstinencia.

Dolor agudo por una pérdida

La pérdida de un ser querido suele causar sentimientos muy intensos. A veces, la persona se siente abrumada. El tratamiento homeopático le permite soportar su dolor y le ayuda a superarlo con mayor efectividad.

Ignatia amara (haba de san Ignacio): el dolor puede ser «silencioso» y la persona se muestra poco comunicativa y evita la interacción con los demás. Muchos suspiros y cambios de humor. No soporta la crítica o la contradicción y manifiesta mucha cólera. Es especialmente vulnerable a la ruptura de una relación sentimental.

Pulsatila (flor de la Pascua): la persona está muy sensible y con propensión al llanto. El dolor puede ser silencioso, pero la persona desea compañía, consuelo y apoyo. Gemidos o lamentos muy suaves. Generalmente se siente calor y se desea aire fresco y libre. No se tiene demasiada sed.

Aurum metallicum (oro): fuerte depresión; cuando no parece haber ninguna luz en el mundo, el sufrimiento es extremo y se daría la bienvenida a la muerte, como un alivio del dolor. Puede haber una fuerte tendencia suicida. Melancolía y depresión, con actitud taciturna y reacia a hablar. Puede ser muy colérica.

Natrum muriaticum (sal común): personas sensibles y conscientes, que no comparten fácilmente sus sentimientos. Tienen tendencia a rechazar el apoyo y el consuelo, aunque lo anhelan en lo más profundo de sí mismas. A menudo son las personas «fuertes» durante una crisis familiar, que se ocupan de todos los demás, pero no permiten que nadie se ocupe de ellas.

Dentición

La salida de los dientes en los bebés puede ir acompañada por problemas de comportamiento, fiebre, orejas enrojecidas, congestión de nariz y garganta y más o menos dolor.

Charnomilla (manzanilla): el dolor parece intenso y el niño se muestra intolerante al mismo, inquieto y colérico, sin que nada parezca hacerle feliz. Sólo se tranquilizará cuando lo llevemos en brazos.

Coffea ( café): el niño se muestra muy agitado, despierto e insomne. No siente tanto dolor y hasta puede mostrarse feliz y juguetón.

Belladona (belladona): el niño es muy sensible a la luz y las sacudidas y puede tener fiebre alta, con rostro arrebolado y ojos vidriosos. Las encías están muy rojas e inflamadas.

Tratamiento homeopático Ataques de panico

Ataques repentinos de intensa ansiedad en los que la persona se siente incapaz de reaccionar. Los ataques parecen surgir de la nada y se pueden convertir en un problema crónico recurrente. Este estado lo debe tratar un profesional experimentado. El ataque agudo suele responder a diversos remedios, entre los que destacan:

Aconitum napellus (acónito): temor intenso e incluso histeria. La persona está convencida de que va a morir y hasta dice saber con exactitud cuándo se producirá la muerte. La histeria suele acompañarse por parálisis, respiración rápida e intenso desasosiego. Empeora hacia la medianoche, aunque puede aparecer también en cualquier momento.

Arsenicurn albura: este cuadro sintomático se parece al del Aconitum, pero la inquietud es aún más profunda, lo que induce a la persona a ir de un lado a otro sin encontrar alivio, mostrándose exigente y necesitada de tener gente a su alrededor. Las cosas tienen que estar en orden (quisquilloso) para poder controlar el pánico y el caos que se siente interiormente.

Opium (opio): el opio resulta particularmente indicado cuando la persona parece muy asustada y se muestra aturdida, adormilada o incluso con estupor. Puede que se le contraigan las pupilas.

Belladona: el cuadro sintomático puede ser de un intenso temor que casi parece delirante. La persona está enrojecida, arrebolada, agitada y siente la necesidad imperiosa de echar a correr, escapar y ocultarse. Probablemente tiene las pupilas dilatadas.

Tratamiento homeopático asma

Esta enfermedad corriente se produce cuando hay una excesiva «irritabilidad» o «reactividad» en las vías bronquiales, lo que provoca la constricción de los músculos bronquiales y en consecuencia respiración sibilante y dificultad para respirar. Relacionada a menudo con la alergia, también se precipita con la infección y puede ser un trastorno muy grave. Los tratamientos convencionales intentan controlar la «irritabilidad» con medicamentos de cortisona y con broncodilatadores para bloquear la constricción. Entre los remedios homeopáticos más utilizados para tratar el asma están los siguientes:

Arsenicum albura (óxido blanco de arsénico): el ataque se produce en las horas siguientes a la medianoche, especialmente hacia las 2.00 horas. El paciente se muestra muy ansioso y temeroso y necesita tener a alguien cerca. Suelen aparecer fatiga y debilidad, pero también un desasosiego que induce a levantarse de la cama, sentarse en una silla, luego en un sofá, para volver de nuevo a la cama, etc.

Kali carbonicum (carbonato de potasio): el ataque se suele producir entre las 2.00 y las 4.00 horas. Es imposible permanecer acostado y el paciente tiene que estar incorporado y posiblemente inclinado hacia delante. No se mueve y se siente mejor cuando está quieto. Se siente incómodo con las corrientes de aire y suele tener escalofríos. No experimenta tanto temor y ansiedad como con el Arsenicum.

Natrum sulphuricum (sulfato de sodio): el ataque se produce hacia las 4.00 o las 5.00 horas y es peor con el tiempo caluroso y húmedo del verano o en invierno, con el cambio a un aire más cálido y húmedo. La tos suele ser suelta y estar acompañada de expectoración, que puede ser verdosa.

Cuprum metallicum (cobre): ataques espasmódicos, violentos y repentinos, con tos sofocante, frecuentemente acompañados por rechinar de dientes, apretar los pulgares y calambres de los dedos y otros músculos.

Sambucus niger (saúco negro): ataques nocturnos repentinos durante el sueño; el paciente tiene que saltar de la cama y agarrarse el cuello. Podría boquear para respirar y su piel volverse azulada (cianosis). El ataque remite, pero reaparece durante el siguiente sueño, y así sucesivamente.

Tratamiento homeopático

según los síntomas individuales que presenta el paciente y no para enfermedades concretas. Para comprender la homeopatía resulta útil, sin embargo, relacionar los medicamentos con enfermedades con las que estamos más familiarizados. Por ello, en esta sección se describen algunas enfermedades corrientes, y se muestran los cuadros típicos de ciertos remedios homeopáticos.

Enfermedades que se pueden tratar con homeopatía

En teoría, la homeopatía puede tratar cualquier enfermedad siempre que: El enfermo tenga o pueda desarrollar suficiente vitalidad para insuflar energía en el proceso curativo.

El cuerpo sea capaz de reparar o regenerar cualquier daño físico que ya se haya causado (lo que, desde luego, no siempre es posible).

Enfermedades agudas, infecciones y otras afecciones agudas

La homeopatía es muy efectiva contra toda clase de infecciones y otras enfermedades agudas, bacterianas, víricas, parásitas, micóticas, etc. Esto incluye los problemas recurrentes, como infecciones de oídos, problemas en los sinus, bronquitis, infecciones de la vejiga, etc.

También es eficaz en casos de heridas y situaciones de primeros auxilios, quemaduras, mordeduras de insectos, intoxicaciones alimentarias, erupciones cutáneas y dolor de muelas.

Enfermedades crónicas

La homeopatía ayuda en muchas formas de artritis. Una vez más, cuanto más tiempo haya estado presente la enfermedad y cuanto más daño haya causado a las articulaciones, tanto menos efectiva será la homeopatía. También se pueden tratar otras enfermedades crónicas, como migrañas, dolores de cabeza producidos por la tensión, síndrome de colon irritable, asma y alergias, úlceras, problemas cutáneos, trastornos menstruales, síntomas menopáusicos y sinusitis crónica.

Cáncer

La homeopatía no puede tratar el cáncer con eficacia, debido a que generalmente ya se han producido daños graves cuando se establece el diagnóstico y la vitalidad del enfermo es bastante baja. La literatura homeopática contiene, sin embargo, informes de curas de pacientes con cáncer. La homeopatía se usa para aliviar los síntomas asociados con la quimioterapia y el dolor.

Presión sanguínea alta

La homeopatía consigue bajar la hipertensión en un tercio de los casos aunque no cuando el paciente se ve afectado desde hace tiempo. El colesterol alto en sangre tampoco suele responder sólo al tratamiento homeopático.

Problemas mentales y emocionales

Los problemas mentales y emocionales, como depresión, trastornos de ansiedad, síndrome premenstrual, etc., responden bien a la homeopatía. Otros problemas más serios, como la enfermedad maniaco-depresiva los debe tratar un profesional experimentado. El pronóstico en caso de esquizofrenia es bastante reservado y exige una evaluación y gestión homeopática en profundidad

Neutralización en homeopatía

La neutralización (negación del efecto) de los medicamentos homeopáticos puede producirse a causa de lo siguiente:

Estrés psicológico extremo. Aunque el tratamiento hará que la persona tolere el estrés con más efectividad, al principio o durante el tratamiento, el efecto del remedio se puede ver superado por el estrés.
Tratamiento dental. En general, el tratamiento dental se debería realizar antes de iniciar el homeopático o, si fuera posible, retrasarse hasta que se haya establecido la mejora producida con el tratamiento de homeopatía. Ante la duda, es preferible que consulte usted con el homeópata y pídale consejo.
Sustancias volátiles, como eucalipto, mentol, alcanfor, etc., que, según la mayoría de homeópatas, hay que evitar mientras se sigue un tratamiento homeopático.
La menta tiende a neutralizar los siguientes remedios: Natrum muriaticum y las otras sales de sodio, la Strychnos ignatii y el fósforo.
Arriba: el eucalipto es una sustancia extremadamente volátil que a menudo se usa para tratar resfriados y que la mayoría de homeópatas cree que se debería evitar mientras se sigue un tratamiento homeopático.
El café neutraliza muchos remedios y, en general, es mejor evitarlo durante el tratamiento homeopático. El té negro es aceptable, ya que lo problemático no es la cafeína, sino algún otro componente del café.
Drogas, ya que suelen actuar en contra del tratamiento homeopático y se deben evitar.
Medicamentos ortodoxos que cambien o enmascaren los síntomas y que dificultan la elección del remedio y la evaluación de su acción. Si es posible se deben evitar.
Cualquier sustancia a la que el enfermo sea muy sensible puede neutralizar el remedio.

Visitas posteriores al homeópata

Por lo general se acuerda una visita de seguimiento para evaluar la reacción al medicamento. El tiempo que transcurra entre la visita inicial y la de seguimiento depende de la naturaleza del problema; una enfermedad aguda debería responder rápidamente al tratamiento, mientras que un problema crónico de larga duración mejorará de modo más lento. En los casos crónicos se necesitará de cuatro a seis semanas para evaluar la acción del medicamento.

En la segunda visita, la cuestión clave es si ha mejorado o no la vitalidad complementaria de la persona. Eso se evalúa sobre todo al considerar qué tipos de estrés desequilibran a la persona (los síntomas de la afección original, como los cambios de tiempo, los hábitos alimentarios, la falta de sueño, las emociones, etc.) y las reacciones que ha tenido la persona frente a ese estrés.

En términos generales, cuanto más intensas sean las reacciones, más baja será también la vitalidad, hasta que, como hemos visto antes, la vitalidad cae demasiado como para «alimentar» las reacciones.

Después de tomar el remedio y en condiciones ideales, la persona será capaz de asumir un determinado nivel de estrés con mayor eficiencia y menos esfuerzo. Por ejemplo, si una ligera lluvia provoca un resfriado, en el siguiente tratamiento debería haber una mayor resistencia a la lluvia ligera; entonces tal vez sea necesaria una lluvia más fuerte para causar un resfriado. Finalmente, no se debería contraer ningún resfriado aunque llueva a cántaros.

Reacción a los medicamentos en homeopatía

Buena reacción
Es muy deseable que, de forma general, al aplicar la receta la persona se sienta mejor. Eso significa aumentar la sensación de bienestar, tener quizá un mejor estado de ánimo, dormir mejor y aumentar el apetito. Aunque no hayan cambiado los síntomas concretos de un caso crónico, si la persona se siente mejor eso suele significar que ha tenido una buena reacción y que lo indicado es estar alerta.

Reacción negativa
Si los síntomas concretos de un caso mejoran después de tomar el medicamento, pero la persona siente que empeora su nivel de energía, estado de ánimo, etc., puede tratarse de una reacción negativa al medicamento. Eso es raro, aunque posible. Cuando ha existido represión emocional, suele ser una buena señal que surjan los sentimientos reprimidos. Aunque a veces los sentimientos son «tormentosos», la mejora de la vitalidad debería permitir controlarlos mejor que en el pasado. En estos casos es muy útil la terapia coadyuvante, como el asesoramiento psicológico.

Sin reacción
Si entre las cuatro a seis semanas el medicamento no produce reacción alguna, o una reacción muy débil, eso quiere decir que la receta fue incorrecta. Establecer este juicio puede ser difícil. En los casos crónicos de larga duración, la mejoría suele ser muy lenta. Aunque en la primera visita de seguimiento sólo se noten cambios muy pequeños, quizá sean suficientes para mantener la esperanza. Si el homeópata determina que no se ha producido reacción alguna al medicamento en un período razonable de tiempo, será necesario considerar las siguientes posibilidades:

Se eligió el medicamento incorrecto y hay que elegir otro más adecuado.
Se eligió el medicamento correcto pero una dosis inadecuada, y hay que decidir otra más apta.
Se eligió el medicamento correcto, pero fue «neutralizado» de alguna forma

Determinar la concentración de un remedio en homeopatía

Una vez elegido el medicamento, el siguiente paso consiste en determinar la concentración más adecuada.

Los estilos de práctica que se pueden emplear son muy diferentes. Cada profesional tendrá uno o dos estilos con los que se siente más experimentado y cómodo. Algunos utilizarán dosis bajas que repetirán con frecuencia, incluso varias veces al día. Otros preferirán dosis más altas, administradas una sola vez y observarán los resultados durante un período de tiempo. Es preciso ser flexibles en el enfoque, de acuerdo con el problema de que se trate.

Una persona con fiebre muy alta y dolor intenso necesita un alivio rápido y quizá se le tenga que dar el medicamento con frecuencia, incluso cada pocos minutos. El homeópata se puede comparar a un astronauta enviado al espacio para retirar y reparar un satélite. Hay que situarse en la misma órbita que el satélite (encontrar el medicamento correcto) y luego entrar en la órbita de la Tierra a la misma velocidad que el satélite, pues de otro modo no se podría estar cerca para trabajar en él (encontrar la concentración correcta del medicamento).

Esa concentración tiene que coincidir con la vitalidad del paciente. Si el medicamento es demasiado débil, su efecto será mínimo. Si es demasiado fuerte, puede provocar una intensificación de los síntomas (el llamado «agravamiento homeopático»).

Si se administra demasiado concentrado, es posible que no produzca ningún efecto. Es importante, por lo tanto, administrar el medicamento correcto, en la concentración adecuada, aunque la consideración más importante es dar con el medicamento que sea más adecuado.

Valorar la «vitalidad» del paciente

Hay muchas formas de valorar la «vitalidad» del paciente, que incluyen el nivel de «energía» de la persona, aunque no se limiten a ello. De hecho, algunas personas que se sienten muy cansadas en el fondo están llenas de vitalidad, mientras que otras que parecen llenas de energía en realidad han agotado buena parte de su reserva y pueden estar a punto de derrumbarse. Desde un punto de vista médico, es la misma relación que se establece entre la vitalidad de la persona y la dosis (esquema de Ananda Zaren).

Si la persona es muy sensible, se considera que tiene poca vitalidad y, en consecuencia, la dosis debe ser baja. La sensibilidad puede adoptar la forma de alergia al polen, al polvo, a los alimentos, etc., o bien ser más extrema en personas que no pueden tolerar los gases de combustión de los coches, el olor de la letra recién impresa o de las flores, los líquidos limpiadores, etc.

La sensibilidad también puede estar relacionada con las emociones: algunas personas se ofenden con facilidad y tienen reacciones violentas; otras parecen tener más paciencia y son más tolerantes. En la salud se sienten sólidamente fundamentadas y no se desequilibran con facilidad. En la enfermedad, sus actitudes son más precarias, tienen que trabajar más duramente para recuperar el equilibrio y se desequilibran con más facilidad (como un funambulista).

Cuanto mayor sea la medida en que el tratamiento médico anterior haya «reprimido» el problema, tanto más baja será la vitalidad y más baja debería ser la dosis. El ejemplo clásico de ello es el eczema, para el que se han utilizado cremas de cortisona. La cortisona no «cura» el eczema, sino que bloquea la reacción inflamatoria que produce la erupción. En algunos pacientes, el uso prolongado de cremas corticoides tiene como resultado la desaparición del eczema, con la creación de un nuevo problema, el asma. Cuando un homeópata trata con éxito a la persona, el asma desaparece y el eczema reaparece. Si para tratar el eczema aplica una dosis demasiado elevada del medicamento, la erupción será más intensa de lo necesario. En casos como éste es conveniente proceder poco a poco y con cautela.

Cuanto más «profunda» sea la enfermedad, más débil será la vitalidad de la persona y más baja debería ser la dosis empleada para tratarla. La esclerosis múltiple, por ejemplo, al ser una enfermedad del sistema nervioso, es «más profunda» en el cuerpo que la artritis o los problemas cutáneos.

La naturaleza del historial familiar también puede ser importante. Cuantos más problemas aparezcan en el historial familiar, tanto más «profundamente enraizados» estarán. En un caso así cabe suponer que la vitalidad es más baja y, en consecuencia, se necesitará una dosis más baja. Los síntomas fuertes, que se presentan con claridad, indican una vitalidad elevada. La energía para producir los síntomas procede de la vitalidad. En un caso así está indicada una dosis más elevada.

Una vez tomadas estas decisiones, el medicamento se suele administrar en forma de gránulos, que se disuelven en la boca. El medicamento se dará en una sola dosis o en dosis múltiples, una o varias veces al día, dependiendo de la naturaleza del caso y de la práctica que siga el homeópata.

Elegir un remedio en homeopatía

El siguiente paso del tratamiento homeopático consiste en determinar qué remedio provocaría los mismos síntomas que presenta el enfermo.

Para ello, se consulta la materia médica homeopática. Al iniciar el proceso, muchos profesionales utilizan un índice de la misma, llamado «repertorio». El repertorio muestra los síntomas y los medicamentos que los causan.

Por ejemplo, el síntoma «garganta, dolor, escozor», tiene 13 medicamentos, de los que el Apis mellifica es el más destacado.

El homeópata tiene que considerar los medicamentos idóneos para la mayoría de los síntomas importantes, y por tanto consultará la materia médica, donde cada medicamento se describe según todos los síntomas, en todas las partes del cuerpo, y también lo que puede causar en una prueba.

Dos siglos de experiencia homeopática han enseñado que cada medicamento tiene sus propias características individuales, del mismo modo que cada persona también es única. El homeópata intenta elegir el medicamento más apropiado basándose siempre en ese principio.

El enfoque holístico en homeopatía

Una vez terminada la anamnesis (interrogatorio del paciente), el homeópata no sólo se habrá formado una imagen global del problema, sino de usted como persona. Esto reviste una gran importancia, ya que el objetivo principal del tratamiento es estimular sus defensas. Al fortalecerlo, mejora su salud, lo que hará que en el futuro tenga menos problemas que necesiten ayuda. Eliminar un problema concreto sin ayudarle a un nivel más profundo no producirá el mismo resultado.

El «cuadro sintomático» en homeopatía
El homeópata podrá realizar o no un examen físico completo, dependiendo de su formación y de la naturaleza del problema que se le presente para su tratamiento. Los datos que reúne el homeópata se conocen como «cuadro sintomático». Algunos síntomas se considerarán más importantes que otros. En general, sin embargo, los síntomas son más importantes si:

Son insólitos para el problema que nos aqueja. En un caso de fiebre, por ejemplo, la sensación de sed aumenta ya que debemos reponer las reservas de agua que el cuerpo ha perdido con la sudoración. En consecuencia, la falta de sed durante la fiebre sería algo insólito. Otro ejemplo es una garganta inflamada en la que el dolor empeora al tragar líquidos o saliva, pero mejora al tragar alimentos sólidos.

Se trata de síntomas «característicos», es decir que se pueden describir en términos de sensación, localización, modalidad y concomitancia. La queja por un «dolor de cabeza» es inútil sin una descripción más amplia. La queja por un dolor palpitante y fuerte localizado en la oreja, que empeora cuando alguien salta sobre la cama en la que nos acostamos, acompañada por fiebre alta y enrojecimiento de la cara, es bastante característica de la belladona.

Son síntomas «extraños, raros y peculiares», que llaman la atención porque sólo se describen muy raramente.

Son síntomas que aparecen frecuentemente cuando uno está enfermo. Si, por ejemplo, tiene un dolor palpitante cuando le duele la cabeza, el oído o la garganta, el hecho de que sea «palpitante» adquiere una gran importancia.

Los consideraremos en general, no en relación con una parte concreta del cuerpo. El dolor de cabeza, por ejemplo, es un síntoma «local» de la cabeza. La sensación de estar «agotado» cuando se tiene hambre, se considera como un síntoma «general» del conjunto de la persona. Los síntomas locales pueden requerir remedios concretos, pero el remedio correcto debe abarcar el síntoma «general».

Características de los síntomas en homeopatía

1. La naturaleza de las «sensaciones» Los dolores pueden tener muchas cualidades, como ser palpitantes, ardientes, desgarradores, lancinantes, etc. Se experimentan sensación de hinchazón, presión, hormigueo, picazón, movimiento, etc. Debería describir cualquier sensación con la mayor exactitud posible.

2. La «localización» de un problema Los dolores de cabeza se pueden tener en la frente, las sienes, la nuca, los oídos, la mandíbula, etc. Además, los dolores y otras sensaciones se «extienden» a menudo a otras partes, como por ejemplo el dolor en los músculos de la nuca, que irradia hacia la parte posterior de la cabeza y desde allí a la frente, por encima de los ojos. Otro ejemplo es el dolor en la zona baja de la columna vertebral, que se extiende hacia las nalgas y desde allí a la parte posterior de los muslos.

3. Qué mejora o empeora el problema

En homeopatía se llama a eso «modalidades» y creemos que son muy importantes, ya que expresan la singularidad de la persona. Los dolores, por ejemplo, pueden mejorar o empeorar al aplicar hielo o calor, estar de pie, acostado, sentado o en movimiento, al comer, en ciertos momentos del día, según el tiempo que haga, según durmamos o no, sudemos o no sudemos, etc. Hay distintas circunstancias que mejoran o empeoran cada afección. A menudo, la gente se siente mejor o peor en ciertos momentos del día, según el tiempo que haga, al comer o al ayunar, con ciertos alimentos, al estar en casa o al aire libre, con el ejercicio o el descanso, etc.

4. Cualquier cosa que ocurra antes, durante o después de la afección A estos síntomas en homeopatía se los conoce como «concomitantes». La migraña, por ejemplo, aparece acompañada con frecuencia por la náusea. La menstruación suele ir precedida por el deseo de comer ciertos alimentos, determinados estados emocionales, etc. En un caso se encontró finalmente el remedio correcto cuando el paciente describió un dolor insignificante pero muy peculiar que notaba a menudo en el pie cuando tenía problemas de digestión y palpitaciones cardiacas.

La Visita a un homeópata

La visita al homeópata es fundamentalmente una visita médica. Se espera que usted describa su problema o problemas con tanto detalle como le sea posible. En general, el homeópata se interesará por lo siguiente:

¿Cómo se inició el problema?

¿Estaba sometido a algún tipo de estrés cuando empezó?

¿Cómo se desarrolló el problema: la secuencia de los acontecimientos?

¿Cómo se siente usted «consigo mismo» y con el problema, tanto física como emocional y mentalmente?

Ejemplos de ello pueden ser los síntomas físicos de fatiga, inquietud y poco apetito; los síntomas emocionales son tristeza, ansiedad, irritabilidad, y los síntomas mentales, pérdida de memoria, dificultad para concentrarse, ideas insólitas sobre el propio cuerpo (como por ejemplo que éste es frágil y puede partirse en dos, que mengua de volumen día tras día), etc.

Los detalles concretos del problema; en general, los síntomas tienen cuatro características principales, que se detallan a continuación.

Medicina ortodoxa y homeopática

La vida tiene, ciertamente, una base física y la medicina ortodoxa parece considerar el «mecanismo» del cuerpo como lo más importante que se debe comprender y controlar. Aunque entendamos que un coche se mueve por el funcionamiento del motor, la transmisión, los frenos, el sistema eléctrico, etc., ese coche sigue siendo un objeto inmóvil, a menos que disponga de un conductor.

Se le puede poner el mejor combustible, mantener las ruedas perfectamente hinchadas, limpias las bujías del encendido, pero por mucho que se cuide el coche, si se conduce con el freno de mano puesto o no se cambia adecuadamente de marchas, terminará por estropearse.

La homeopatía parece actuar como un «sintonizador» con el sistema «conductor» del organismo humano. Hahnemann se refirió a ello como la «fuerza vital» y consideraba que la enfermedad era el resultado de un «desequilibrio» de esa fuerza. El estrés parece desequilibrar el sistema.

En la actualidad, los investigadores médicos empiezan a documentar los efectos negativos de muchas formas de estrés sobre nuestra salud. Hahnemann no hizo sino adelantarse a su tiempo, al reconocer los efectos negativos que tienen sobre nuestra salud una gran variedad de tensiones, incluidos los factores emocionales.

Seguridad en Homeopatía

Los medicamentos homeopáticos son muy seguros.

Hasta las sustancias muy tóxicas, como mercurio, arsénico, venenos de serpiente, etc., se pueden guardar con seguridad en casa mientras el factor de dilución sea al menos de 6X. En un preparado como éste hay una parte del verdadero medicamento por un millón de partes de azúcar.

Para que resulte tóxico un medicamento homeopatíco, tendría que ingerirse una cantidad exorbitante de gránulos o pastillas para que resultaran tóxicos.

Es difícil que incluso los niños que juegan con las botellas e ingieren medicamentos corren algún peligro.

Un niño podría realizar una «prueba» y tomar el medicamento repetidas veces, pero para eso se necesitarían días o semanas de toma, y los síntomas desaparecerían gradualmente después de dejarlo.

Cómo actúa la homeopatía

Desafortunadamente, todavía no se comprende con claridad todo el mecanismo de acción de los medicamentos homeopáticos. Estudios científicos publicados hace poco han llegado a la conclusión incuestionable que son eficaces, y no sólo simples placebos (es decir, sustancias inactivas que actúan mediante el poder de la sugestión).

Gracias a las observaciones realizadas al tratar a los pacientes, los homeópatas conjeturan que el medicamento homeopático correcto estimula las defensas internas y naturales del organismo humano. En el caso de una infección de vejiga, por ejemplo, en la que la bacteria invasora es el E. Coli, el medicamento no mata directamente al E. Coli, sino que más bien impulsa a las defensas naturales del propio cuerpo para que luchen contra la infección y realicen el trabajo que hasta ese momento no han sido capaces de realizar.

En el caso del alivio de una migraña aguda, la acción del medicamento tiene que producir una corrección del desequilibrio del sistema nervioso causante de la constricción dolorosa de los vasos sanguíneos. En el caso de la depresión, la acción del medicamento tiene que restaurar el equilibrio en la química del cerebro. Estos resultados no parecen proceder de una acción directa del medicamento sobre los vasos sanguíneos o la química del cerebro, sino más bien de algún otro efecto todavía no determinado.

Preparación de medicamentos en homeopatía

Para preparar dosis más pequeñas, Hahnemann ideó un método para dispersar el medicamento en una sustancia neutral, moliéndolo o agitándolo en leche azucarada o en alcohol, para luego volver a diluir esa mezcla en leche azucarada o alcohol, volver a molerlo o agitarlo de nuevo y así sucesivamente.

La dilución se suele obtener con la mezcla de una parte de medicamento por 99 partes de sustancia neutra, lo que da una dilución de 1:100, llamada centesimal o dilución «C».

Se utiliza la cantidad de posteriores diluciones y dispersiones para indicar la «concentración» del medicamento (por ejemplo, un 30C ha pasado treinta veces por este proceso usando una dilución 1:100). Si el medicamento se diluye en una proporción de 1:10, se utiliza una «X» en lugar de una «C». En algunos países europeos se usa una «D» (de «decimal»), en lugar de la «X».

Una vez preparados de este modo, los medicamentos se pueden adminis trar de distintas maneras. La más corriente consiste en mezclar el líquido resultante con gránulos de sucrosa o pastillas de lactosa, que luego se dejan secar. Los medicamentos homeopáticos preparados de este modo se conservan durante mucho tiempo, hasta el punto de que hoy, medicamentos preparados por Hahnemann en el siglo XVIII mantienen su efectividad. También se pueden administrar como líquidos, ungüentos, supositorios o inyecciones

Los medicamentos en homeopatía

Los medicamentos en homeopatía tienen casi exclusivamente tres fuentes:

Minerales,
Como fósforo, oro y azufre o sales minerales, como cloruro de sodio, carbonato potásico y fosfato de calcio.

Sustancias vegetales
Como Anemone pulsatilla (pulsatila), Staphysa.Tria (estafisagria), Matricaria chamomilla (manzanilla) y Ruta graveolens ruda), entre otras.

Sustancias animales
Como Lycosa tarentula (araña), Lac caninum (la leche de la perra) y Lachesis (veneno del crótalo), etc.

Todos los medicamentos se conocen por sus nombres latinos, lo que permite a los homeópatas del mundo entero transmitir su conocimiento. La mayoría de medicamentos tienen pruebas que definen su uso. La fabricación de los medicamentos está regulada en cada país y las normas se publican en documentos llamados Pharmacopoeia, como por ejemplo Pharmacopoeia homeopathic de Estados Unidos.

Hahneman descubrió que los medicamentos eran más efectivos si se administraban en pequeñas cantidades. En contra de lo que cabría esperar, el medicamento correcto actúa más a fondo durante un período de tiempo más prolongado si se administra en una dosis más pequeña. Los homeópatas actuales creen que ello se debe a que la persona enferma es, en general, más sensible, precisamente por estar enferma, sobre todo a un medicamento que podría causar los mismos síntomas en otra persona sana, por eso la homeopatía tiene soluciones a largo plazo.

Enfermedades agudas y crónicas en homeopatía

La gripe, es un ejemplo de una enfermedad «aguda». Por lo general, se entiende por enfermedad aguda aquella que brota en un corto período de tiempo, sigue su curso y remite. La gente también sufre debido a enfermedades «crónicas», como artritis, migraña, colitis, asma, etc., que se manifiestan súbitamente de vez en cuando, pero que siguen desarrollándose a lo largo de los años y pueden empeorar. El análisis en homeopatía de estas enfermedades no es muy diferente al del caso de una enfermedad aguda.

Se evalúan los síntomas de la persona y se le administra un medicamento capaz de causar síntomas similares en una persona sana. Si se elige bien el medicamento, el esfuerzo defensivo es más eficaz con un volumen menor de esfuerzo y lo que ayuda en el proceso curativo.

Las pruebas en homeopatía

Es un experimento en el que una o más personas sanas toman un medicamento repetidas veces hasta que se perciben los síntomas. Los cambios observados por los «probadores» se publican en revistas y se evalúan y combinan más tarde para formar un «cuadro sintomático» del medicamento.

A lo largo de su vida, Hahnemann y un grupo de colegas experimentaron con 99 medicamentos diferentes y recopilaron trabajosamente listas de los síntomas provocados por tales pruebas. Esas listas se publicaron en libros conocidos como materia medicae, en latín «materiales médicos».

La homeopatía se popularizó entre la gente común como un medio muy efectivo para tratar la escarlatina, el cólera, la gripe y otras enfermedades infecciosas. Hahnemann experimentó constantemente con sus métodos, los refinó y probó nuevos medicamentos. Lamentablemente, era un hombre malhumorado y soberbio, que se alejó de la profesión médica con sus ataques a menudo sarcásticos.

Ley de los similares en homeopatía

De acuerdo a este principio de la homeopatía, un medicamento puede curar una enfermedad en una persona enferma si provoca un conjunto parecido de síntomas cuando es ingerido por una persona sana.

Para comprobar esta teoría, Hahnemann realizó algunos experimentos similares, a los que se llamó pruebas, utilizando otros medicamentos cuyo empleo se había transmitido en la tradición popular. Descubrió así que cada medicamento producía un conjunto singular de síntomas denominado «cuadro sintomático».

Algunos casos característicos son los que se realizan con belladona o árnica.

Belladona:
En las pruebas provocó síntomas de agitación, rubor en la cara, dolores palpitantes, dilatación de pupilas y aversión a la luz, dolor de garganta y muchos otros síntomas. Este cuadro se parecía mucho al de la escarlatina, otro azote epidémico de la época. La belladona demostró ser curativa en muchos casos de escarlatina y también se observó que protegía a las personas expuestas pero que aún no habían enfermado.

Árnica:
Ampliamente usada durante algunas generaciones en las regiones montañosas de Europa por sus efectos beneficiosos para aliviar los dolores por magullamiento provocados por caídas, en las pruebas produjo sensibilidad a la inflamación.

La homeopatía y las defensas naturales

La homeopatía es un tratamiento médico que emplea sustancias naturales diluidas para estimular las defensas naturales del cuerpo.

Cuando se está sano, las defensas naturales son efectivas y eficientes. Para comprender lo que eso significa, consideremos el siguiente ejemplo: cinco personas diferentes, con niveles distintos de salud, se ven expuestas a la gripe.

Persona «A». Es sana y vital. La infección viral entra al cuerpo a través de la nariz, se adhiere al revestimiento pulmonar y luego intenta penetrar en las células para reproducirse. Al reconocer la infección, el sistema inmunológico lo ataca con rapidez y lo destruye. La persona «A» no se da cuenta de nada (curación silenciosa).

Persona «B». Es bastante sana, pero a veces contrae gripe y otras enfermedades. El virus de la gripe penetra en el cuerpo, se adhiere al revestimiento pulmonar, entra en las células y luego empieza a reproducirse. Al reconocerlo, el sistema inmunológico de «B» organiza una defensa, pero no tan efectiva como la de «A». El virus se puede reproducir y «B» tiene que esforzarse más. Por ello, la energía que necesita para defenderse es mayor que en el caso de «A». Aparece la fiebre, la fatiga y los dolores musculares. Al cabo de un par de días remiten los síntomas y «B» se siente bien pocos días más tarde.

Persona «C». No es tan sana como «A» o «B». La fiebre tiene que ser más elevada para que el cuerpo pueda luchar y la batalla dura más tiempo. El nivel de fatiga es mayor. Finalmente, después de varios días, baja la fiebre y se necesita otra semana para recuperarse y tal vez algunas semanas para volver a sentir normal.

Persona «D». Está todavía menos sana. Simplemente, su sistema no tiene vitalidad (energía) suficiente para organizar una defensa efectiva. Aparece una fiebre baja, pero dura varias semanas. «D» se siente bastante mal y no puede superarlo del todo.

Persona «E». Tiene mala salud. Incapaz de organizar ninguna clase de defensa efectiva, se suceden la neumonía y la muerte en un período de tiempo relativamente breve.

El objeto de la medicina homeopática en los casos anteriores no es el de matar el virus de la gripe con el medicamento administrado, sino más bien conseguir que las propias defensas del enfermo sean más efectivas con un volumen de esfuerzo más bajo. Esa intensificación del esfuerzo defensivo tiene como resultado la muerte del virus y la recuperación del enfermo.

En el caso de «A» la vitalidad es tan grande y éste se defiende con tan poco esfuerzo que ni siquiera nota los síntomas. «B» necesita una defensa más vigorosa y sufre algo más de incomodidad. En homeopatía, todo lo que percibe el enfermo se consideran síntomas. La fiebre, el dolor muscular, la tos, el esputo, los dolores de cabeza, etc., son el resultado del esfuerzo defensivo del cuerpo. Puesto que el objetivo de la homeopatía es hacer más efectivo el sistema defensivo, se administra un medicamento que sea capaz de causar los mismos síntomas si lo tomara una persona sana. Veamos el siguiente ejemplo.

Intensificar las defensas naturales del cuerpo
Una abeja pica en el brazo a una persona moderadamente alérgica a las picaduras de abeja. El resultado es una gran zona hinchada y enrojecida, con ardor y dolor lacerante, que mejora con la aplicación de una compresa de hielo. Éstos son los síntomas causados por el veneno de la abeja.

La persona «C» del ataque de gripe desarrolla inflamación de garganta. El dolor es ardiente y lacerante y «C» se da cuenta de que las bebidas frías y sobre todo las heladas, le alivian el dolor. Al examinarla, el homeópata observa que la garganta está muy enrojecida y que hay una considerable hinchazón. Es como si los síntomas de «C» los hubiera causado una picadura de abeja en la garganta, aunque en realidad son los resultados de la defensa de «C» contra la gripe. Se le administra Apis mellifica (un remedio homeopático preparado a partir de la abeja de la miel) y al cabo de poco tiempo disminuyen la inflamación y la hinchazón de la garganta de «C», que se siente mucho mejor.

En este ejemplo, el homeópata comprueba que el cuerpo trata de defenderse y supone que esa defensa es el mejor recurso al que se puede acceder por el momento. No es, sin embargo, efectiva al cien por cien. En lugar de sustituirla por otro esfuerzo defensivo, el homeópata respeta la sabiduría del cuerpo y trata de intensificar la efectividad de la defensa natural. Si usted se esfuerza por escalar una montaña, un empuje continuado desde atrás le ayudará mucho más que un empuje continuado desde cualesquiera, o ambos, costados. Si el cuerpo organiza un estado febril para combatir una enfermedad, la aspirina u otros medicamentos antiinflamatorios que bloquean la capacidad del cuerpo para producir fiebre podrían por lógica, minar la defensa, en lugar de apoyarla.

Historia de la homeopatía

A mediados del siglo XVIII, la medicina se caracterizaba por prácticas que hoy se considerarían primitivas, debido al uso de dosis tóxicas de mercurio, de otros metales pesados y el amplio uso de la sangría.

Un médico alemán, Samuel Hahnemann, nacido en 1755, dejó la práctica de la medicina, debido al daño que estas costumbres causaban a los enfermos.

Mientras traducía una obra de Cullen, un herborista escocés, encontró una teoría relativa a la acción curativa de la «corteza peruviana», que ahora conocemos como quino. Este medicamento (la quinina), efectivo contra la malaria (un azote en ese periodo de Europa), fue introducido al continente europeo por los exploradores españoles desde América del Sur. Cullen planteaba que el intenso sabor amargo de esta corteza actuaba como «tónico» para el estómago, y cortaba la fiebre.

S. Hahnemann rechazó el planteamiento, pues conocía sustancias igualmente amargas, o incluso más que, sin embargo, no curaban la malaria. Sin embargo, notó que el medicamento era efectivo, y eso despertó su interés. Empezó a probar en sí mismo el medicamento, a pesar de no estar enfermo.

La consecuencia fue que desarrolló varios síntomas de la malaria, pero sin fiebre. Los síntomas desaparecieron cuando dejó de tomar el preparado de la corteza y reaparecieron al tomarlo de nuevo. A partir de esta prueba formuló la teoría de que la acción curativa del medicamento sobre la malaria estaba relacionada con la capacidad del medicamento para causar síntomas similares en personas sanas que lo tomaran (ley de los similares).

CROMOTERAPIA

Si mantenemos los ojos abiertos, en la naturaleza siempre encontraremos la forma de curarnos. Con el color, la naturaleza nos ofrece las herramientas más eficaces para la salud, el bienestar y la alegría: los alimentos que nos rodean mantienen nuestros cuerpos y almas. ¿Cómo se siente cuando se detiene ante el rosal del vecino, que florece sobre el seto? La rosa es roja y vibrante. Sus pétalos forman un hermoso dibujo espiral. Le hace recordar la primera regaló a alguien a quien amaba mucho. Su aroma intensifica y bendice sus sentidos. Todo es posible porque su atención se ha visto atrapada por el rojo de la rosa.

El color hace todo esto por nosotros. Nos atrae y nos impulsa hacia la danza de toda la hermosura que estalla a nuestro alrededor, en este planeta. Su vibración nos atrae y despierta ecos en nuestro propio cuerpo. Nos alimenta con su vibración si necesitamos equilibrar energías, que quizá requieren un color concreto en ese momento específico. Todo el mundo del color está ahí, esperando actuar sobre nuestras energías y espíritu. Sólo tenemos que abrir los sentidos a sus posibilidades, observar y amar

Antecedentes preliminares a las Flores de Bach

No estuvo de acuerdo con la medicina contemporánea, ni con sus procedimientos ni con su filosofía. Para Bach, la medicina actúa paliando los síntomas, sin preocuparse por las causas, por lo que sus métodos son agresivos y traumatizan al paciente.

Orientó sus investigaciones en enfermos crónicos y haciendo énfasis en la bacteriología. Aisló bacterias del intestino de personas con reúma y otras enfermedades crónicas y las utilizó como vacunas con gran éxito. Enfermos afectados por enfermedades "incurables" veían desaparecer los síntomas sin haber intervenido en la zona afectada. Así comenzo sus investigaciones sobre el origen de las enfermedades.

Al Profundizar sus estudios descubrió que existían diferentes tipos de bacterias según la enfermedad y tipología del individuo y que podía reunirlas en siete grupos. Más tarde concluyó que los grupos bacterianos tenían que ver con el carácter de la persona afectada por la enfermedad y empezó a administrar la vacuna en función del carácter y no de los síntomas. Preparó siete vacunas de acuerdo a siete tipos de bacterias.

Al descubrir la homeopatía, buscando la no agresividad, llegó a los nosodes (nosos: enfermedad. en griego) y de ahí elaboró vacunas homeopáticas obtenida de los gérmenes que producen la enfermedad; hasta hoy se utilizan las sietes que el preparó.

El encuentro con la homeopatía, la muerte de su esposa lo impulsaron a romper con su pasado y trasladarse a Gales, donde dió vida a lo que hoy conocemos como terapia floral o flores de Bach-

Sus afirmaciones respecto a la naturaleza de la enfermedad hacen pensar en la influencia de alguna tradición primordial, como por ejemplo, la céltica.

"Nunca se erradicará ni se curará la enfermedad con los actuales métodos materialistas, por la sencilla razón de que la enfermedad no es material en su origen. Lo que nosotros conocemos como enfermedad es el último resultado producido en el cuerpo, el producto final de fuerzas profundas y duraderas y, aunque el tratamiento material sólo sea aparentemente eficaz, es un mero alivio temporal si no se suprime la causa real".

Flores de Bach

Las Flores de Bach son un procedimiento terapéutico creado por el médico y bacteriólogo inglés Edward Bach (1886-1936). Influido por la curación que él mismo había experimentado en 1917 por medios naturales, así como por su traslado de la anglosajona Londres a la céltica Gales, donde experimentó con todo tipo de plantas medicinales, decidió en 1950 incluir en su consulta la práctica de la homeopatía y posteriormente su propio tratamiento basado en el rocío de las flores o bien, en las flores decantadas en agua de manantial, como método de curación, método que posteriormente se denominó Flores de Bach.

La situación que observó en la clase obrera de su época y el temor a la enfermedad de este grupo lo motivo a realizar estudios de medicina en la facultad de Birmingham.

Dentro de sus antecedentes academicos pueden mencionarse:

Miembro del real colegio de cirujanos
Licenciado en el real colegio de médicos
Diplomado en salud publica

Técnicas de Preparación

Técnicas de Preparación y uso de Hierbas Medicinales


En esta sección presentamos un cuadro resumen con las pricipales técnicas de preparación y aplicación de las plantas y hierbas medicinales, su objeto es familiarizar al navegante con los pricipales métodos usados, y no pretende ser un detallado relato de cada uno de ellos.

En el futuro iremos mostrando la elaboración específica y detallada de preparados haciendo énfasis en su aplicación.

Cataplasma Elíxir Fumigación Maceración Triaca
Decocción Emulsión Jarabe Polvo Ungüento
Diálisis Infusión Linimento Tintura Zumo fresco

Técnicas de Preparación y uso de Hierbas Medicinales.
Cataplasma; es uno de los métodos comunes de utilización, en su forma más sencilla consiste en machacar las plantas hasta obtener un emplasto. Otras más elaboradas usan una base de harinas vegetales, o en decocción, infusión o solución salina.
Se pueden aplicar frías o calientes.

Decocción; este tipo de preparación consiste en hervir por unos minutos las partes de la planta que se utilizarán (raíces, flores, hojas, etc), de esta manera, al concentrarlos se obtiene el máximo de principios activos.
Las partes duras como tallos, corteza o raíces, es conveniente trozarlos o desmenuzarlos y dejarlos macerando previamente en agua fría.
Esta técnica es apropiada en productos que no sean volátiles (que no pierdan su eficacia con el calor), o con partes duras.

Diálisis; en esta técnica se hace primero una disolución convirtiendo en papilla las plantas recién recolectadas y usando como medio el agua, o el alcohol en diferentes concentraciones, o una combinación de ambos. Posteriormente , se utiliza una membrana como papel de pergamino para filtrar la solución.

Elíxir; se le llama a los preparados de sustancias disueltas en alcohol o vino.

Emulsión; se le da este nombre a los preparados de aspecto cremoso que usan como base aceites, grasas, resinas, cera, o cualquier otra sustancia no soluble en agua. Por lo general se usa goma arábiga al 5% como aglutinante.

Fumigación; ésta, más que una técnica es una forma de aplicación y consiste en introducir en las vías respiratorias vapores de plantas medicinales o de gotas esenciales.

Infusión; es una de las formas más utilizadas y se obtiene al vaciar agua caliente sobre la hierba a utilizar, dejando cubierto el recipiente durante diez minutos. Si se usan partes duras es conveniente dejar la infusión por 15 minutos a baño maría.
Se usa en aquellos casos en que el producto es muy volátil

Jarabe, estos son soluciones densas en base a agua o alcohol con una proporción del 55% al 65% de azúcar, de frutas o hierbas maceradas o preparadas en infusión.

Linimento; éstos son preparados en base componentes grasos junto a elementos medicinales de consistencia líquida o semi-líquida.
Su principal característica es que son de uso externo.

Maceración; esta técnica consiste en dejar las plantas reposando durante un espacio de tiempo largo en un solvente como agua, vino o alcohol.

Polvo; en esta preparación las hierbas se muelen, trituran y finalmente se pulverizan. Tiene por finalidad facilitar la ingestión.

Tintura; se deja reposar durante unos días hierbas en polvo en alcohol o vino, que posteriormente se filtra.

Triaca; es tal vez el compuesto más famoso de la antigüedad, se utilizaba tanto en la enfermedad como para prolongar la vida y se dice que todos lo médicos famosos conocían su preparación. Más que una técnica o un remedio específico, se le dio esta denominación a varios que poseían grandes virtudes curativas.

Ungüento; éstos son preparados que al igual que los linimentos están compuestos elementos grasos junto a elementos medicinales, pero en este caso su consistencia es sólida.
Su principal característica es que son de uso externo.

Zumo fresco, dependiendo de la parte de la planta de la que se desee obtener el zumo se muele hasta formar una papilla, la que se filtra a través de un cedazo.

fitoterapia

Glosario de Términos


Abortivo, que interrumpe un embarazo.

Adyuvante, véase coadyuvante.

Afrodisíaco, que estimula la actividad genésica: lechuga, branca ursina falsa, hinojo ajedrea de jardín, y los heterósidos sulfurados.

Alopatía, medicina usual, por ejemplo tratar un enfriamiento con cataplasmas calientes.

Analgésico, que calma el dolor: perejil, pan y queso, ajenjo, artemisa, maravilla, manzanilla.

Antidiarreico, que combate y corta la diarrea: ajo común, salicaria, tormentila, zarza, arándanol.

Antídoto, contraveneno.

Antiespasmódico, que calma los espasmos: manzanilla, menta, milenrama, hierba Luisa, romana, alcaravea, salvia.

Antihelmíntico, sinónimo de vermífugo: cebolla, ajo común, ajenjo, ajenuz, artemisa, serpol, tomillo.

Antipirético, que combate la fiebre: carlina Angélica, ulmaria, sauce blanco, saúco, acebo.

Aperitivo, que abre y aumenta el apetito: menta, ajenjo, centaura menor, genciana, trébol de agua, milenrama, Angélica, artemisa, alcaravea.

Astringente, que astringe y contrae los tejidos: culantrillos, agrimonia, pie de león, madroño, laurel de san Antonio, Eufrasia, fresa, hiedra terrestre, nogal, salicaria, tormentila, robles albares, zarza.

Bacteriostático, que impide que las bacterias se desarrollen: Carlina, Angélica, liquen de Islandia, vellosilla, mastuerzo, capuchina.

Béquico, que calma la tos: belcho, malva, drosera, hiedra terrestre, hiedra, gordolobo, Violeta, serpol, tomillo, tusílago.

Biocatalizador, cuerpo cuya presencia acelera las reacciones vitales (fermentos, hormonas, vitaminas, oligoelementos): zanahoria, lechuga, malva, alfalfa, berro, perejil, grosellero negro, rosal silvestre, tomate, espinaca, alholva.

Cardiotónico, que tonifica el corazón: cebolla, ajo común, alhelí amarillo, espinos, avena, pusatila, convalaria, adelfa, nenúfar blanco, cebolla, albarrana.

Carminativo, que previene la formación de gases en el tubo digestivo o provoca la expulsión de los mismos: manzanilla, menta, anís, milenrama, hierba Luisa, alcaravea, hinojo, valeriana.

Cicatrizante, que promueve la formación de una cicatriz: llantén, árnica, lino, consuelda.

Coadyuvante, que refuerza la acción de un medicamento: por ejemplo la infusión de ulmarias aumenta, en caso de reumatismo articular, la eficacia de un tratamiento.

Colagogo, que activa la salida de la bilis contenida en la vesícula biliar: agracejo, agrimonia, centaura menor, chicoria, cardo, santo, alcachofa, cardo borriquero, artemisa.

Colerético, que activa la producción de bilis: menta, ajenjo, diente de león, maravilla, marrubio.

Cutáneo, de la piel por ejemplo afección cutánea: manzanilla, lino, abedul, árnica, maravilla, salvia.

Depurativo, que purifica el organismo: dulcamara, endrino, arracián, espino cerval, nogal, abedul, mercuriales, vara de oro, Trinitaria, Angélica, lampazo mayor, helenio, salvia, grama de las boticas, ortiga menor.

Diaforético, que hace transpirar: manzanilla, tilo, ortiga muerta, saúco, primavera, gordolobos, Trinitaria, pulmonaria manchada.

Diurético, que activa la eliminación de la orina: perifollo, brezo, pan y queso, equiseto mayor, espino amarillo, ortiga muerta, Argentina, ruda, saúco, cebolla albarrana.

Drástico, laxante enérgico, a menudo forzando la dosis normal.

Emenagogo, que regulariza y facilita las reglas: las plantas con esencias.

Emético, que provoca el vómito: las plantas amargas se hacen eméticas cuando se fuerza la dosis.

Emoliente, que disminuye la inflamación de los tejidos irritados: llantén, lino, malvavisco, borraja, zaragatona, rosal castellano, tusílago.

Espasmolítico, que combate los espasmos: manzanilla, menta, ajenjo, manzanilla romana, artemisa, maravilla, alcaravea, salvia.

Estimulante, que excita y aumenta temporalmente la actividad nerviosa o muscular: pimiento, tabaco, muérdago, berro, perejil, grosellero negro, rosal silvestre, albahaca, romero.

Estomacal o estomáquico, que activa la digestión: cilantro, mastuerzo amargo, ajenjo, centaura menor, chicoria, genciana, hierba Luisa, Angélica.

Estrógeno, que activa las funciones sexuales en la mujer: hinojo, manzanilla, romero, ortiga mayor.

Estupefacientes, que embota los centros nerviosos y provoca a la larga un hábito peligroso: adormidera, cáñamo.

Expectorante, que provoca la expulsión de las secreciones pulmonares: polígala rupestre, primavera, gordolobo, pimpinela blanca, espino albar, serpol, tomillo, tusílago.

Farmacodinámico, cuyos efectos pueden ser probados fisiológicamente.

Farmacopea, compilación de fórmulas de medicamentos.

Febrífugo, que combate la fiebre: ajo común, trébol de agua, manzanilla romana, marrubio, tilos, borraja.

Galactógeno o galactogogo, que aumenta la secreción láctea: galega, alcaravea, hinojo, albahaca, anís.

Galénico, remedio de origen vegetal (nombre derivado de Galeno, médico griego 131‑200 d. C.).

Hemolítico, que destruye los glóbulos rojos: pan de puerco, uva de raposa, jabonea.

Hemostático, que corta las hemorragias: consuelda, hipérico, hierba de san Roberto, sanícula.

Hipertensor, que hace subir la presión sanguínea: toronjil, anís, retama negra, pan y queso, espinos, branca ursina falsa, espliegos y cantueso.

Hipnótico, que provoca el sueño: anís, espinos, asperilla olorosa, lúpulo, hinojo, mejorana, valeriana.

Hipoglucemiante, que rebaja el contenido de azúcar en la sangre: galega, alholva, nogal, arándano, lampazo mayor, judías, ortigas.

Hipotensor, que hace descender la presión sanguínea: muérdago, perejil, cebolla, ajo común, andrómeda de hojas de polio, perifollo, espinos, ruda, amor de ortelano, arañuela, Violeta.

Homeopatía, medicina que combate las enfermedades con remedios administrados en dosis mínimas, y consistentes en sustancias que producen efectos semejantes a los síntomas de la enfermedad que se desea combatir, con lo cual se activa la respuesta metabólica.

Midriático, que dilata la pupila: belladona, beleño negro.

Necrosante, que hace morir los tejidos: celidonia.

Nefrítico, que actúa sobre el riñón: perejil, abedul, Trinitaria, enebro común, grama de las boticas.

Pectoral, eficaz contra la tos y las inflamaciones de las vías respiratorias: regaliz, primavera, gordolobos, violeta, hinojo, anís, pimpinela blanca, espino, albar, tusílago.

Polivalente, eficaz contra diferentes afecciones: manzanilla.

Resolutivo, que provoca la resolución de las inflamaciones: consuelda, lino, hierba de san Roberto, sanícula.

Sinergia, acción simultánea de dos o más compuestos de una planta: por ejemplo en la salvia actúan el tanino, y la esencia de sinergia.

Tónico, que tonifica un órgano o todo el organismo: ajenjo, centaura menor, trébol de agua, milenrama, cálamo aromático, orégano, ajedrea de jardín.

Vaso constrictor, que constriñe los vasos sanguíneos por contracción muscular: pie de león, Eufrasia, nogal, salicaria, tormentilla.

Vesicante, que produce vejigas (ampollas) en la piel: cebolla, ajo común, mostaza negra.

Vomitivo, véase Emático.

Vulnerario, empleado para curar las heridas: llantén, manzanilla, hipérico, vulneraria, sanícula, maravilla, salvia, malvavisco.

Té de naranja

6 tazas de agua caliente
8 clavos de olor
2 astillas de canela
Cáscara de ½ naranja seca
Se añade el agua hirviendo a la mezcla, se deja reposar 10 minutos, se cuela y se sirve caliente añadiendo azúcar al gusto. También se puede servir helado con cubos de hielo y adornado con 1 pedazo de casca de naranja.

Sólo se deben dejar reposar las especias en el agua caliente 10 minutos, pues cambia su sabor al dejarlas más tiempo. Si se prefiere un sabor más fuerte, se añaden más especias, pero no se deja sobrecocinar.

Al preparar el té siempre se deben usar recipientes esmaltados, de porcelana, barro o vidrio pero nunca de aluminio, pues los alcaloides de las hierbas son muy sensibles al metal

Té de citronela

6 tazas de agua hirviendo
6 cogollos de citronela
1 astilla de canela azúcar
O miel al gusto
Se pone a hervir el agua vertiéndola sobre el té y las especias, se deja reposar 10 minutos y se sirve caliente o frío, con o sin azúcar, decorándolo con hojas de citronela.

Té de hierbas y especias

2 tazas de hojas de cidrón secas
1 taza de manzanilla seca partida en pedacitos
1 taza de cáscara de naranja seca
3 cucharadas de clavos de olor
1 astilla de canela grande
Todos los ingredientes se revuelven y se guardan en un frasco de vidrio seco y limpio, tapado herméticamente para conservar el aroma de la mezcla.

Al momento de preparar el té, se coloca en cada taza 1 cucharadita de la mezcla, se vierte agua hirviendo y se deja reposar por 10 minutos.

Se puede endulzar con azúcar al gusto.

Para servirlo helado, se prepara en una jarra en la misma proporción de cucharadita de hierbas por vaso, se deja enfriar, se le añaden unas gotas de limón, azúcar y hielo, y se decora con una ramita de menta fresca.

Una variante
6 tazas de agua hirviendo
5 cucharadas o sobres de té negro 1 astilla de canela
6 clavos de olor
6 hojas de geranio de olor para decorar
Azúcar o miel al gusto
Se pone a hervir el agua vertiéndola sobre el té y las especias, se deja reposar 10 minutos y se sirve caliente o frío, con o sin azúcar, decorándolo con las hojas de geranio.

Tés y bebidas refrescantes

Las hierbas aromáticas y medicinales han sido usadas en forma de té por sus valores terapéuticos, digestivos y calmantes, pero al encontrar en ellas sabores distintos y delicados, se están empezando a usar como bebidas que reemplazan el té regular sin los efectos de la cafeína o también mezcladas con él, creando nuevos y diferentes sabores.

Con las hierbas aromáticas también se pueden preparar deliciosas bebidas refrescantes para los días calurosos y bebidas calientes para los días fríos

Saúco: Daforético, diurético

Arbusto que puede llegar a convertirse en árbol, de ramas de color pardo claro; de hojas caducas de color verde, de forma oval, aserradas y muy frágiles; flores pequeñas de color blanco amarillento; el fruto es una baya de color negro de tamaño minúsculo.

Crece por todas partes, pero principalmente en terrenos frescos, húmedos y moderadamente salados, desde el llano a las colinas.

Alcanza una altura de 6 a 7 m.; es un arbusto muy antiguo, se han encontrado restos que datan de la edad de piedra.

Florece en primavera. Se recolectan las flores y los frutos.

Principios activos: Las flores contienen sambucina, sambucigina, esencia, colina, resina y tanino.

Los frutos contienen azúcares, vitamina E, ácido acético, málico y tartárico.

Propiedades: Daforético, diurético, antirreumático y béquico.

Aplicaciones: En infusión está indicado en resfriados y procesos febriles, en gargarismos se emplean para la faringitis y anginas. Entra en la composición de algunas tisanas laxantes, como coadyuvantes.

Uso alimenticio: Con sus frutos se preparan mermeladas y licores.

Presentación: Flor y semillas desecadas.

Sauce blanco: Antirreumático

Árbol provisto de tronco resistente y corteza verdosa, lisa en las especies jóvenes, y grisáceas en las viejas; de ramas alargadas, que forman una copa de forma irregular; las hojas de forma lanceoladas con el ápice agudo son alternas y algo pecioladas, blancas por la parte inferior y verdes por la superior; las flores masculinas, se agrupan en armentos, en la extremidad de las ramas, las femeninas se agrupa en armentos más pequeños. Este árbol llega a alcanzar una altura de 20 m. y un diámetro de hasta 1 m. Se cría frecuentemente en los lugares muy húmedos. Es un árbol muy cultivado.

Florece en primavera.

Principios activos: Salicina, taninos, colorantes y resina.

Propiedades: Antirreumático, antiséptico y sedante.

Aplicaciones: La decocción de la raíz se emplea principalmente en los problemas reumáticos.

Partes utilizadas: Cortezas.

Presentación: Corteza desecada y triturada.

Saponaria: Diurética; colagoga

Diurética; colagoga, expectorante, depurativa y detergente

Planta herbácea, de rizoma irregular, subterráneo, tallos robustos y cilíndricos, de color verde rojizo; hojas lanceoladas, de color verde pálido; las flores, de color blanco o rosado, se reúnen en una espiga apical. Crece en riberas, bordes de los caminos de montaña y junto a los ríos. Se recolecta la raíz en otoño.

Época de floración: Verano.

Principios activos: En la raíz se encuentra la saponina, saporrubina. En las hojas hay vitexina, flavonoides y vitamina C.

Propiedades: Diurética; colagoga, expectorante, depurativa y detergente (puede usarse en el lavado de la ropa).

Aplicaciones: La decocción de los rizomas se usa en el tratamiento de las afecciones respiratorias y en las dermatitis y furunculosis.

Parte utilizada: Rizomas y planta entera.

Presentación: Raíz y planta desecada y triturada.

Nota: En uso interno debe emplearse con prudencia, debido al alto contenido en saponinas.

San Pedro: Cacto psicoactivo

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El San Pedro (Trichocereus pachanoi)
Indice de Hierbas

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Es un cactus en forma de columna y puede alcanzar un tamaño gigantesco, crece en México, Bolivia, Ecuador y Perú.

En estos dos últimos países se utiliza dentro de rituales chamánicos.

¿Cómo era consumido?

El San Pedro era consumido en polvo porque su consistencia es desagradable y su sabor muy amargo.

Las mayores concentraciones de mezcalina se hallan en la piel verde del cactus, que se pela cuidadosamente y se seca a bajas temperaturas para después reducirse a polvo.

También se preparaba un jugo llamado «cimora» de efectos propiamente alucinógenos. Se prepara con el cocimiento de sus tallos y el de otras plantas. No hay reportes sobre dosis letales.

¿Qué efectos producen?
Los efectos del Peyote o del San Pedro ingeridos crudos o secos, al igual que el de la mezcalina por vía oral, comienzan entre los 60 y 90 minutos después de la ingestión y duran entre 7 y 10 horas. Los efectos de la mezcalina inyectada comienzan entre los 10 y los 20 minutos.

La mezcalina posee casi la misma estructura química que la noradrenalina, por lo que actúa instalándose en los receptores de esta droga cerebral ocasionando alteraciones en la conciencia y en la percepción, principalmente a nivel visual.

Aunque gran parte de los efectos de estos cactus se deben a la mezcalina, otros alcaloides contribuyen a que la experiencia con Peyote o San Pedro sea diferente a la de la mezcalina pura.

¿Los psicoactivos son dañinos?
El hecho de que los psicoactivos actúen como remedios o sustancias intoxicantes depende de:

1) grado de pureza,

2) dosis y modalidad de empleo,

3) condiciones de acceso y pautas culturales de consumo,

4) estado físico, emocional, mental y espiritual del usuario.

El consumo de estas plantas de poder era siempre realizado en compañía de un terapeuta, chamán o guía espiritual, con propósitos de autoconocimiento ó sanación.

Salvia: Antisudorípara, espasmolítica

Planta leñosa, de tallos ramosos cuadrangulares, blancas y tormentosas, hojas alargadas, pecioladas ovales, con márgenes dentados de color verde grisáceo; las flores de color violeta se agrupan en espiga.

Florece en primavera, verano y se recolectan las hojas y extremidades floridas.

Principios activos: Contiene un aceite esencial compuesto por estrógenos (tuyona, cineol, alcanfor), taninos y amargos.

Propiedades: Antisudorípara, espasmolítica, colagoga, emenagoga, antiséptica.

Aplicaciones: En infusión, indicada en casos de trastornos nerviosos y depresivos, en las amenorreas, dismenorreas y leucorreas, para inhibir la sudoración. En estado de debilidad o procesos postoperatorios.

Uso dietético: Las hojas se emplean como condimento en múltiples preparados alimenticios.

Uso cosmético: En lociones y baños antisudoríficos y calmantes.

Partes utilizadas: Hojas y sumidades floridas.

Presentación: Hojas y flores desecadas y aceite esencial.

Ruibarbo: Laxante,

Laxante, estimulante del estómago e hígado.

Planta originaria de China, de tallo erguido; hojas grandes, de forma acorazonada y profundamente dentadas, se ensanchan en la base hasta abrazar al tallo; las . flores se agrupan formando espigas, que parten de la axila de las hojas superiores; la raíz es bulbosa, grande, con muchas raicillas, de color amarilla, y de fuerte sabor amargo.

Florece: Varía según la climatología, se recolecta la raíz en primavera.

Principios activos: Antroquinonas y antranólicas, pectina y resina.

Propiedades: Laxante estimulante de las funciones del estómago y del hígado.

Aplicaciones: El cocimiento de la raíz se usa en los catarros crónicos del estómago y del hígado.

Partes utilizadas: La raíz.

Presentación: Raíz desecada y triturada.

Ruda: Emenagoga

Familia: Rutáceas

Latín: Ruta graveolens

Emenagoga, oftálmica, antiespasmódica y rubefaciente

Vulgar: Ruda común.

La ruda es una planta vivaz, provista de raíz leñosa gasciculada; de tallo leñoso así como las ramas inferiores, siendo las superiores cilíndricas y herbáceas, llega a alcanzar una altura de 70 cm. a 1 m.

Las hojas tienen consistencia algo carnosa, son alternas, compuestas por varios segmentos de los cuales los laterales son alargados y el terminal ovalado o blanquecino.

Las flores son pequeñas y se agrupan en corimbos apicales, de color amarillo verdoso; el fruto de la ruda es una cápsula que contiene semillas reniformes de color negro. Crece en las llanuras soleadas y áridas, es planta muy cultivada.

La ruda florece en verano, se recolecta toda la planta.

Principios activos de la ruda: Rutina, aceite esencial con solicilato de metilo, limoneno, pineno, tanino y vitamina C.

Propiedades de la ruda: Emenagoga, oftálmica, antiespasmódica y rubefaciente.

Aplicaciones de la ruda: En decocción, debido a la rutina tiene una acción fortalecedora de los capilares sanguíneos, regula los ciclos menstruales y reduce las hemorragias.

Para uso externo, se prepara un aceite o un alcoholato para darse fricciones en caso de dolores reumáticos.

Partes utilizadas de la ruda: Toda la planta.

Presentación de la ruda: Planta desecada y troceada.

NOTA: Tener mucho cuidado con la dosis a emplear, si se sobrepasa, resulta muy tóxica y provoca fuertes convulsiones internas.

CONTRAINDICADA: En las embarazadas

Rosa silvestre: Astringente

Astringente, oftálmico y escorbútico

Arbusto en forma de mata que alcanza hasta 2 m. de altura; de tallo muy ramificado con espinas duras y curvas; las hojas son de forma lanceolada, anchas y dentadas, los frutos son de forma ovoide (de figura de orza), son de color rojo intenso y su superficie es lisa y lustrosa, en su interior contienen numerosas semillas.

Crece en los terrenos incultos, matorrales, setos y ribazos.

Florece en primavera, y los frutos se recolectan en otoño.

Principios activos: Taninos, flavonoides, colorantes y carotenoides, azúcar y vitamina C.

Propiedades: Astringente, oftálmico y escorbútico.

Aplicaciones: Se utiliza la decocción de frutos para combatir las diarreas. Se emplea la infusión de sus flores para el escorbuto, aplicada con un algodón da muy buenos resultados en caso de conjuntivitis.

Uso dietético: Con los frutos se preparan excelentes mermeladas.

Partes utilizadas: Flores y frutos.

Presentación: Flores desecadas y frutos.

Romero: Colagogo, emenagogo

Colagogo, emenagogo, antiespasmódico e hipotensor

Sub-arbusto perenne, de tallos muy ramificados, que llega a alcanzar hasta 1 m. de altura; hojas lanceoladas, espesas, con los bordes vueltos hacia abajo, de color verde oscuro por encima y blanco por el envés; las flores son de color azul y nacen en la axila de las hojas dispuestas en forma de racimillos. Es muy abundante se cría en las zonas de matorrales y encinares. Se cultiva a gran escala en Francia e Italia.

Florece hacia la primavera, que es cuando se recolectan las hojas.

Principios activos: Se encuentran en su aceite esencial rico en terpenos (borneol, cineol y pineno), alcanfor, saponósidos y colina.

Propiedades: Estomacal, carminativo, colagogo, emenagogo, antiespasmódico e hipotensor.

Aplicaciones: Las hojas en infusión favorecen la digestión, descarga el hígado de bilis; se utiliza también macerando en alcohol, para darse fricciones, contra la alopecia; los gargarismos hechos con esta planta tienen efecto antiséptico.

Uso dietético: Se usa en la cocina como aromatizante.

Partes utilizadas: Las hojas y las sumidades florales.

Presentación: Hojas y flores desecadas, aceite esencial.

NOTA: A dosis altas puede resultar abortiva.

Roble: Astringente, hemostático

Astringente, hemostático y descongestionante

Árbol grande avanzada, de copa ancha y de corteza de color grisácea; las hojas, de corto pecíolo: son ligeramente ovaladas, con el ápice lobulado, son de color verde oscuro; las flores son unisexuales, las masculinas se agrupan en armamentos colgantes en las bases de las ramas del año, son de color amarillento, las femeninas se agrupan en número de 2 a 5; los frutos son aquenios en forma de bellotas, con un capuchón en la base.

Es un árbol muy común, se cría desde el mar hasta las montañas.

Florece en primavera.

Principios activos: Taninos, ácido gálico, resinas, sustancias amargas, pectina y fluroglucina.

Propiedades: Astringente, hemostático y descongestionante.

Aplicaciones: La decocción de las cortezas se utiliza como antidiarreico; como vulnerario resulta excelente para contrarrestar las hemorragias.
Partes utilizadas: Hojas y cortezas.

Presentación: Cortezas y hojas desecadas y troceadas.

Uso industrial: La corteza se emplea para curtir las pieles

Poleo: Tónica, digestiva

Tónica, digestiva y carminativa

Planta herbácea, vivaz, de tallos cuadrangulares, que llegan a alcanzar 50 cm. de altura; las hojas, de pedúnculo corto, de forma lanceolada o aovada, algo aserradas en los bordes, son de color verde claro; las flores son pequeñas, de color rosáceo, se agrupan formando una especie de bola en la axila de los pares; de hojas superiores, y todas juntas, forman una especie de ramillete.

Exhala un fuerte perfume a menta. Se cría en los lugares de bastante humedad, orilla de los arroyos, en las cercanías de manantiales, praderas húmedas. Se recolecta en verano.

Época de floración: Verano.

Principios activos: Esencia compuesta, entre otros, de poligona, acetato de mentilo, mentona, limoneno, dipenteno.

Propiedades: Tónica, digestiva y carminativa.

Aplicaciones: En infusión es un excelente tónico estomacal y se utiliza vulgarmente para el conocido «dolor de tripas».

Parte utilizada: Las sumidades floridas.

Presentación: Sumidades floridas desecadas y aceite esencial.

Plantas de Poder: Peyote y San Pedro

Dos Plantas de Poder: Peyote y San Pedro
En esta oportunidad elegimos presentar dos plantas que han sido utilizadas por los pueblos originarios de América en sus ritos y ceremonias relacionadas con la espiritualidad. Ellos la usaban con un propósito determinado, obtener enseñanzas para el conocimiento de sí mismo.

Coincidente con el tema central de este número de la revista hacemos mención a estas plantas sagradas que han dado acceso a los americanos originarios a otros mundos y otras realidades.

El Peyote y el San Pedro son cactos psicoactivos, es decir, contienen alcaloides capaces de afectar el sistema nervioso central.

¿Los psicoactivos son dañinos?
El hecho de que los psicoactivos actúen como remedios o sustancias intoxicantes depende de:

1) grado de pureza,

2) dosis y modalidad de empleo,

3) condiciones de acceso y pautas culturales de consumo,

4) estado físico, emocional, mental y espiritual del usuario.

El consumo de estas plantas de poder era siempre realizado en compañía de un terapeuta, chamán o guía espiritual, con propósitos de autoconocimiento ó sanación.

Pino: Antiséptico, balsámico

Antiséptico, balsámico, expectorante y estimulante

Árbol de tronco recto y corteza escamosa, de color gris, llega a alcanzar una altura de 20 a 30 m.; el trono, en los ejemplares jóvenes, es cilíndrico; las ramas bajeras son erguidas en sus extremos y abiertas; la copa en principio en cónica y luego se va redondeando a medida que va envejeciendo; las hojas aciculares, dispuestas de dos en dos, son de color verde claro; las yemas están cubiertas de escamitas y son alargadas; las piñas se encuentran solitarias o por pares, son de forma alargada.

Se encuentra con mucha profusión formando bosques en alturas inferiores a los 2.100 m.


Florece en primavera, se recolectan las yemas en la misma época.


Principios activos: Aceite esencial, resinas y glucósidos.

Propiedades: Antiséptico, balsámico, expectorante y estimulante.

Aplicaciones: Las decocciones de las yemas se utilizan en los catarros, bronquitis y asma.

También se utiliza en casos de cistitis y reumatismo.

Partes utilizadas: Las yemas y la resina.

Presentación: Yemas desecadas, aceite esencial.

Peyote: Cacto psicoactivo

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El Peyote (Lophophora wiliamsii)
Indice de Hierbas

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Es una cactácea de origen americano que crece en las regiones desérticas de Norteamérica. Es un cactus pequeño de color verde grisáceo.

Es considerado una planta sagrada por sus propiedades de alterar los sentidos. El peyote tiene en sus gajos, la mayor concentración de alcaloides, siendo la mezcalina, el más importante.

Los que comían o bebían de este cactus veían visiones; el efecto dura de dos a tras días.

Los antiguos pueblos indígenas sentían que el efecto les daba ánimo para la batalla y evitar sed y hambre.

En los rituales de consumo de peyote los pueblos del norte de América, limpiaban muy bien su estómago para purificarse. Existía la creencia que serían castigados por las divinidades si no lo hacían.

Hoy se sabe que el peyote puede causar vómitos, por lo cual , es preferible ayunar, antes de consumirlo.

¿Cómo era consumido? En estado natural los gajos del peyote se masticaban solos o acompañados de algún jugo cítrico, debido a su sabor amargo. En estos pueblos el cactus era deshidratado para retener la mezcalina indefinidamente y luego era reducido a polvo para prepararse en té o añadirse a un jugo de fruta.

¿Qué efectos producen?
Los efectos del Peyote o del San Pedro ingeridos crudos o secos, al igual que el de la mezcalina por vía oral, comienzan entre los 60 y 90 minutos después de la ingestión y duran entre 7 y 10 horas. Los efectos de la mezcalina inyectada comienzan entre los 10 y los 20 minutos.

La mezcalina posee casi la misma estructura química que la noradrenalina, por lo que actúa instalándose en los receptores de esta droga cerebral ocasionando alteraciones en la conciencia y en la percepción, principalmente a nivel visual.

Aunque gran parte de los efectos de estos cactus se deben a la mezcalina, otros alcaloides contribuyen a que la experiencia con Peyote o San Pedro sea diferente a la de la mezcalina pura.

¿Los psicoactivos son dañinos?
El hecho de que los psicoactivos actúen como remedios o sustancias intoxicantes depende de:

1) grado de pureza,

2) dosis y modalidad de empleo,

3) condiciones de acceso y pautas culturales de consumo,

4) estado físico, emocional, mental y espiritual del usuario.

El consumo de estas plantas de poder era siempre realizado en compañía de un terapeuta, chamán o guía espiritual, con propósitos de autoconocimiento ó sanación.

Pasiflora: Antiespasmódica

Antiespasmódica y sedante nervioso

Planta trepadora, de tallos leñosos, que llega a alcanzar una altura de 4 a 5 m.; las hojas son alternas, lampiñas, divididas en tres lóbulos y pecioladas; las flores son de color blanco y azul; el fruto es una baya del tamaño aproximado al de un huevo, de color verde amarillento y son comestibles. Esta planta procede de América y es muy cultivada en España. Se recolecta la planta.

Época de floración: En primavera.

Principios activos: Alcaloides, pasiflorina, harurina y harmol y derivaos flavónicos.

Propiedades: Antiespasmódica y sedante nervioso.

Aplicaciones: La decocción de la planta se emplea en los estados de insomnio y en los agotamientos físicos actúa como tónico y calmante. Los frutos se utilizan como diuréticos. Se preparan zumos de sus frutos o de pulpas concentradas para obtener una acción tónica y diurética.

Parte utilizada: Planta entera.

Presentación: Planta troceada y desecada

Parietaria: Diurética

Diurética, emoliente y depurativa

Planta vivaz, de tallos erguidos, tiernos y carnosos, de color rojizo y vellosos, que llegan a alcanzar 80 cm. de altura; las hojas son pecioladas, se disponen alternamente, son de forma oval, terminadas en punta, pueden tener los bordes enteros o dentados y son de color verde oscuro; las flores, pequeñas, se agrupan en la axila de las hoyas y son de color verdoso. Esta planta tiene semejanza con la ortiga común. Se cría en terrenos áridos, en escombreras, en muros y en rocas.

Época de floración: Primavera.

Principios activos: Calcio, azufre, nitrato potásico, pigmentos flavónicos y mucílagos.

Propiedades: Diurética, emoliente y depurativa.

Aplicaciones: La planta en infusión se usa en casos de edemas, albuminuria, cistitis.

Parte utilizada: Parte aérea de la planta.

Presentación: Planta desecada y troceada

Ortiga blanca: Astringente

Astringente, hemostática y expectorante

Planta vivaz, de tallos rígidos, cuadrangulares, de color verde y huecos, ligeramente vellosos, que alcanza una altura de 40 cm.; las hojas se disponen opuestamente, son pecioladas de forma acorazonada, vellosas y dentadas; las flores son blancas, grandes y se disponen en grupos de 14 ó 16 en la axila de las hojas superiores; tienen sabor amargo. Crece en lugares sombríos, escombreras, hondonadas, bosques y setos. Se recolectan las flores por el mes de mayo.

Época de floración: Primavera‑verano.

Principios activos: Tanino, mucílagos, glucósidos,.flavónicos y aminas (histamina y tiramina).

Propiedades: Astringente, hemostática y expectorante.

Aplicaciones: La infusión de las flores está indicada en las metrorragias, prostatitis y catarros de las vías respiratorias.

Parte utilizada: Las flores.

Presentación: Flores desecadas

Ortiga: Antirreumática

Antirreumática, antihemorrágica, diurética, hipoglucemiante

Hierba vivaz, cubierta de pelos, de tallos erectos, erguidos, de forma cuadrangular, de color verde grisáceo, que llega a alcanzar hasta un metro de altura; hojas de largo peciolo, opuestas, de forma oval, acabadas en punta y con los bordes muy dentados.

Las flores pequeñas se agrupan en racimos colgantes que parten de la axila de las hojas. Al rozarse con esta planta se produce un sarpullido (ortiga dura) de fuerte escozor. Crece espontánea en todas las zonas rurales donde exista humedad. Se recolectan las hojas en verano.

Época de floración: Durante el verano.

Principios activos: Sales minerales, taninos, mucílagos, histamina y aceticolina.

Propiedades: Antirreumática, antihemorrágica, diurética, hipoglucemiante.

Aplicaciones: En infusión, las hojas se utilizan para disminuir cualquier tipo de hemorragias, bien internas o externas. Estimula la producción de orina y depura la sangre; también posee cierta acción hipoglucemiante. Con la ortiga fresca se combaten las enfermedades reumáticas, frotándose con ellas suavemente donde esté localizado el mal.

Parte utilizada: Hojas y flores.

Presentación: Hojas y flores desecadas y troceadas.

Orégano

Tónica, antiespasmódica, carminativa, béquica y expectorante

Planta de olor agradable y penetrante, de tallo consistente, erguido, de sección cuadrada, algo velloso y a veces de color rojizo, de una altura de 40 a 80 cm las hojas se disponen opuestamente, son pecioladas, de forma oval y borde entero, algo dentado, son de color verde oscuro y en la parte inferior tienen algo de pelusilla; las flores, de color rosa purpúreo, se agrupan en espigas anchas o alargadas. Se encuentra en matorrales, colinas, calizas y en general en lugares secos y pedregosos. En verano se recolectan las sumidades floridas.

Época de floración: En verano.

Principios activos: Contiene un aceite esencial formado por timol, carvacrol y origaneno; taninos y resinas.

Propiedades: Tónica, antiespasmódica, carminativa, béquica y expectorante.

Aplicaciones: Se usa en infusión, en las afecciones de las vías respiratorias y principalmente en la tos espasmódica; en ,uso externo se emplea en fricciones para dolores reumáticos (aceite esencial). En dietética se emplea como condimento en muchos platos de cocina.

Parte utilizada: Sumidades floridas y hojas.

Presentación: Flores y hojas desecadas. Aceite esencial.

Olivo: Astringente

Astringente, vasodilatador, diurético e hipoglucemiante

Árbol de tronco erguido, leñoso, corteza de color gris y de crecimiento lento; las hojas son opuestas, algo pecioladas, de forma lanceolada, lampiñas en su cara superior y blanquecina en la inferior; las flores, de color verdoso blancuzco, se disponen en racimos axilares; el fruto (las aceitunas) es de forma elipsoidal, primero de color verde y luego negro, son utilizados como alimentación humana y en la obtención de su aceite.

Se cultiva muy extensamente sobre suelos calcáreos y soleados.

Florece en primavera; se recolectan sus hojas durante todo el año.

Principios activos: Oleorropina, oleasterol, olestranol, manatol, glucosa y resina.

Propiedades: La corteza es astringente. Las hojas son vasodilatadoras, diuréticas e hipoglucemiantes.

Aplicaciones: Infusión de hojas en caso de hipertensión, arteriosclerosis y diabetes.

Partes utilizadas: Hojas y cortezas.

Presentación: Cortezas y hojas desecadas y troceadas (las hojas se encuentran también enteras).

Nogal: Astringente

Astringente, antiséptico, tónico y antifúngico

Árbol muy corpulento que llega a alcanzar hasta 36 m. de altura y el diámetro de su tronco hasta 3 m.; es de corteza gris y muy ramificado, generalmente estas ramas forman una copa muy ancha y redondeada; las hojas son compuestas de 7 a 9 hojuelas, se disponen alternamente y son de color verde oscuro.

Las flores masculinas y femeninas se desarrollan en el mismo árbol, las masculinas se reúnen en un ramillete colgante, y las femeninas, agrupadas en número de 2 ó 3, en la extremidad de los renuevos; el fruto (nuez), es bien conocido.

Es originario de Oriente, y es árbol cultivado.

Florece en primavera; las hojas se recolectan en verano.

Principios activos: Taninos; un aceite volátil y sustancias amargas.

Los frutos (las nueces) son ricos en proteínas, aceite graso y vitaminas; la cáscara verde que protege al fruto es rica en vitamina C.

Propiedades: Astringente, antiséptico, tónico y antifúngico.

Aplicaciones: Infusión de las hojas para la gastroenteritis.

Uso alimenticio: Las nueces.

Partes utilizadas: Las hojas.

Presentación: Hojas desecadas y troceadas.

Naranjo: Sedante y antiespasmódico

Sedante y antiespasmódico, antiescorbútico y alcalinizante

Árbol originario de Asia, perenne, con la copa en forma de cúpula; las hojas son alternas, de color verde; las flores, de color amarillo anaranjado, están dispuestas en las extremidades de las ramificaciones; el fruto, de todos conocidos, es esférico, de corteza rugosa y está dividido en varios gajos muy jugosos.

Este árbol es principalmente cultivado en las zonas mediterráneas.

Florece en primavera.

Principios activos: Los frutos son ricos en vitaminas, principalmente la C, ácidos orgánicos, pectinas y sales minerales.

Las flores conocidas como Flor de Azahar, limonero, pineno, linalol, citroneol y resina.

La corteza de los frutos contiene D‑limonero, citrol, citronelol, vitaminas y pectinas.

Propiedades:

Las flores son sedantes y antiespasmódicas. Los frutos son tónicos, antiescorbúticos y alcalinizantes.

Las hojas son digestivas y sedantes.

La corteza de los frutos es digestiva y estomacal.

Uso cosmético: Acción tónica, hidratante y sedante de la piel; de efectos parecidos a la pulpa de pepino.

Presentación: Las flores, hojas y cortezas, desecadas y troceadas.

Muérdago: Hipotensora

Hipotensora, vasodilatadora, diurética y cardotónica

Planta leñosa, parasitaria de otras especies de plantas; los tallos son glabros, de color verde amarillento; hojas opuestas, persistentes, de color verde; las flores están dispuestas en glomérulas axilares, son de color verde y carecen de cerola; el fruto es una baya blanquecina, redonda y muy viscosa, que contiene una única semilla. Es bastante común, vive como parásito en las encinas, robles, manzanos, pinos, chopos y abedules.

Florece en primavera y se recolecta en otoño.

Principios activos: Contiene calina, viscotoxina, viscalbina, viscaflabina y saponinas.

Propiedades: Hipotensora, vasodilatadora, periférica, diurética y cardotónica.

Aplicaciones: Se emplea en decocción como hipotensor, como tónico cardiaco y tiene una acción necrosante sobre algunos tumores.

Partes utilizadas: La planta entera.

Presentación: Planta desecada y triturada.

NOTA: Advertencia, a dosis altas es cardiotóxica.

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